VIII - Una idea, un dibujo

El proceso creativo no tiene limites, cualquier cosa puede ser el detonante para ponerse manos a la obra y materializar una idea.

La película que marcó esta historia fue la trilogía del "El Señor de los anillos". Aparte de la historia, hay un proceso creativo increíble: los personajes, el vestuario, el grafismo, la fotografía, los efectos especiales... (hay que reconocer el mérito de la gente española que ha creado alguno de ellos, como los efectos de la lava deslizándose por la ladera de la montaña cuando consiguen destruir el anillo). La verdad es que se ha conseguido crear un mundo nuevo.

Una vez se hace popular esta creación, sale al mercado todo el merchandising y ahí es donde saltó la chispa: un coleccionable del Señor de los Anillos. Las figuras de plomo eran de una calidad superior y además pintadas a mano.

La segunda entrega era "Nazgûl", el caballero negro tenebroso. Al ver la figura físicamente no lo dudé, encargué 5 fascículos iguales del caballo y ahí es donde empecé a confeccionar mi propio AJEDREZ.

¿Por qué 5? Os lo diré: uno para hacer pruebas y pintar, 2 en blanco, con lo cual podría tener el juego completo de caballos para el caso que no saliese una figura con un caballo blanco como así fue, menos mal que fui previsor.

Cada fascículo me orientaba de la cantidad que tenía que pedir, imaginar para los peones, tenía que pedir 8 iguales.

Os preguntaréis ¿y todo esto que tiene que ver con el dibujo? pues es evidente, si quería un ajedrez, tenía que confeccionar mi propio tablero, uno que fuese acorde con el tema en cuestión.

El mapa de la Tierra Media fue el que me dió otra gran pista, qué mejor que utilizar el mismo terreno donde se desenvuelve la historia para usarlo como tablero de AJEDREZ. El bien contra el mal, las batallas, todo cuadraba.

El tamaño de la cuadrícula estaría en función de las dimensión de las piezas, el caballo con una base de 8 centímetros, fue el que marcó la escala.

Ya lo tenía todo, la idea, las figuras, la escala y un tablero de madera que tenía sobrante de otras manualidades. Las dimensiones no eran cuadradas, era un rectángulo de 125x75 cm., pero antes de cortarlo se me ocurrió que podía dejar los laterales para poder dejar las piezas que se fuesen eliminando, "los Agonautas"  fueron los que ocuparon este puesto.

Y este ha sido el resultado final, un tablero de ajedrez que utilizo de elemento decorativo.


Lápiz de color acuarelable sobre madera,dimensiones 125 x 75 cm.

1 comentario:

  1. ¡Con ese tablero le entran ganas a cualquiera de jugar al ajedrez! Menuda creatividad, enhorabuena.

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